12 junio 2007

El núcleo común



¿Qué hay en común entre esta representante de la clase alta boliviana, bo-bo (bourgeois - bohème) y esta tarabuqueña? Pensarán: nada. Grave error, miren y busquen los 7 puntos en común, o en otras palabras, busquen el núcleo común.
Uno de los conceptos más recurrentes de la supuesta “intelectualidad-de-la-bolivianidad (valga el tedioso término) es el denominado “núcleo común”. El padre teórico de este concepto es Luis Tapia, uno de los referentes intelectuales más respetado por Bolivia. Luis Tapia es miembro de la Comuna boliviana, que no aquella comuna francesa de siglo XIX. La Comuna boliviana cuenta con un grupo de imitadores de aquel sentir
afrancesado. Para nuestro gusto, demasiado pretencioso. En este grupo, se pueden destacar nombres tan emblemáticos como: Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia), Raúl Prada (constituyente masista y personaje donde los haya),y el citado Luis Tapia. Un verdadero triángulo de las Bermudas, porque cualquier tema que entre en esa tertulia a tres bandas no se sabe por donde puede acabar, todo un enigma. Verlos en acción los tres juntos no tiene desperdicio. Queremos nosotros también, a nuestro nivel, reflexionar sobre el “núcleo común”. En este sentido, nuestra intención es diferenciar claramente la interpretación en la praxis de esta linda teoría. En términos teóricos, pueden leer a Luis Tapia. Sin embargo, en la práctica, el núcleo común, es otra cosa. Este núcleo común es todo aquello que se repite sin cesar en todos los bolivianos, sean cambas, collas, guarayos, chiquitanos, guaraníes, afroyungueños, o de cualquiera de las 36 naciones, de ciudad o de campo, blanquitos u oscuritos,... Son todas esas características y actitudes que explican el nexo de unión del Estado Plurinacional. Así que nadie se ponga nervioso, hay tanto de núcleo común que Bolivia seguirá siendo Bolivia, a pesar de las advertencias contra la fragmentación y la balcanización del país.¿Qué es ese núcleo común? El núcleo común estaría conformado por un sinfín de detalles cotidianos que hablan por si solos: a) si estas comprando, y te está atendiendo la caserita, llega el núcleo común y pide simultáneamente a tu atención, te pasa delante y pude la atención de la caserita,¿será la simultaneidad un valor ancestral de la bolivianidad?,b) hacer pipi en la calle, especialmente los días de fiesta, carnaval y entrada; no importa ni cuando ni donde, aunque mucho mejor sobre una alcantarilla, c) lo empanado (atontado, lento, letárgico), que están, ¿queeeee?, pides un jugo de pomelo, y te pregunta si quieres un jugo de naranja, mas complicado aún cuando pides un jugo mixto, naranja y pomelo, ahí ni le contamos el pollo que se monta, “¿un jugo de pomelo?”, No, un jugo de pomelo y naranja. “Ah, ¿un jugo de naranja?”. ¡Mortal! ¿Será la cosmovisión amáutica?, d) agarras un taxi en Sucre, una ciudad de 200.000 habitantes y el taxista no conoce la dirección, y tienes que darle las indicaciones para llegar a destino., e) los refrigerios; no hay acto sin refrigerio, no se trabaja sin refresco con empanadilla, o mejor dicho, se busca el refrigerio para evitar trabajar, f) el cuarto intermedio; cuando no se tiene que decir, sale el break boliviano que puede durar hasta meses como sucedió con la aprobación del sistema de votación en la asamblea constituyente, g) no tener vueltito(cambio) ni de diez boliviano; ni el taxista, ni el del súper, ni la farmacia, ¿será por la influencia andina del trueque?, h) la cremallera abierta en las polleras; es la última moda en los diferentes modelos de cholita paceña, la cochabambina, parece que en el Tawantinsuyo no se había inventado la cremallera... i) no pagar el dinero cuando te piden prestado; ¿será la reciprocidad?, j) el “lamentablemente”, este lamento permanente de los bolivianos, siempre están llorando sobre la leche derramada, este es el inicio de la mayoría de frases en Bolivia, ¿seguirán lamentándose de la colonización?, k) el “no hay, mamita”, de un ilustrativo gesto de balanceo de la mano equivalente a nuestro “no sé”, acá es “no hay, mamita”, l) las ganas de inventar la pólvora, por ejemplo, para García Linera y algunos discípulos se está gestando en Bolivia la economía postcapitalista, ó en otra categoría, el informe de desarrollo humano del PNUD en Bolivia se enorgullece de su vocabulario hecho en Bolivia, como resultado sacan de la manga conceptos como el Estado con huecos, la plurinación, el sentido común emergente, etc... y m) regresar el lunes al medio día cuando se supone que tienes que trabajar el lunes por la mañana.
Para nosotros (éste es un post en común Alfredo-Sandra), y con el respeto que me merece la comuna boliviana y el interesante Luis Tapia, esto es el núcleo común.

11 junio 2007

Los talleres de la Constituyente


Una de la cosas que más me ha impresionado de este mundillo que revolotea a la Asamblea Constituyente es el exceso y abuso de talleres, foros, seminarios, encuentros, congresos,... Todos estos actos de formación, de discusión, de difusión, de capacitación, y yo que sé de que serán. Bueno si, de algo estoy seguro, y es que los talleres son “con refrigerio”. Justamente el momento donde se relacionan dos mundillos aparentemente desconectados: el mundillo de la asamblea con el mundillo que “le vale madre” la asamblea. Más concretamente, hago referencia a cualquier bar, restaurante u hotel que ofrece refrigerio a precio módico y calidad mediocre. Los refrigerios se convierten en la condición sinequanon para interpelar al estado, para hablar de lo plurinacional, para exponer sistemas electorales, para contar lo que pasó en Sudáfrica o en la constitución española, o cualquier otra pelotudez. Por el contrario, y ante la diversidad de temas del taller, la variedad del refrigerio brilla por su ausencia. Hay fuerte tendencia a la empanada salteña, el sandwinch de pollo y poco mas. Y aunque no es que sean de mi mayor agrado, parece que los constituyentes con su mundillo a cuesta no dudan en zamparse una de esos horripilantes manjares que facilitan el trago (o mal trago) del supuesto conocimiento. Incluso a veces, repiten por si fuera poco, hasta se pelean por la captura de esos víveres infumables.
Volviendo a esos talleres donde se pretenden arreglar algo que es irreparable, me gustaría seguir reflexionando en voz alta. Al principio, pensaba que era algo lógico que se quisiera capacitar, formar y abrir debates de temas que estaban en el candelero. No veía con tan malos ojos ese desfile de supuestos expertos que daban charlas seminales sobre cualquier objeto de este entuerto constituyente. Sin embargo, hablar de expertos por estas latitudes es dar una patada en el trasero a la real academia de la lengua castellana, y no hablo de la quechua, ni de la aymara. ¿Qué quiero decir con esto? Bien sencillo: acá, experto es aquél susodicho que puede hablar durante una hora seguida de cualquier tema enfrente de devoradores de inofensivos y detestables refrigerios. Por ejemplo, traen un francés para hablar de autonomías, y acaba metido en la comisión de ejecutivo. Para colmo de la sabiduría, el tipo como no tenía idea de nada, acudió unos días antes a España a entrevistarse con otro experto para ver si lo iluminaba, y lo iluminó tanto que todavía parece no haber despertado. Ejemplos para dar y regalar de expertos de pacotilla que charlatanean al mejor estilo del vendedor de babas de caracol. Mientras tanto, los constituyentes y su mundillo siguen atragantándose con los famosos refrigerios del hotel de la esquina.
La constituyente siguió con sus vueltas al reglamento, con su “hasta-las-pelotas” artículo setenta del sistema de votación, con sus comisiones, con su gira triunfal de foros territoriales, con sus informes por mayoría y por minoría, .... Ahora vendrá plenaria, pero hay algo que no cambia: los talleres de la constituyentes, con su mundillo de un lado y del otro, con sus expertos, con sus anuncios en prensa, con sus afiches, y dura y perdura: los constituyentes engullendo refrigerios de tres al cuarto del restaurante de turno.
Tengo la certeza, y ahora hablando en un plano menos cínico y más analítico, que esto de los talleres no es algo casual sino bien causal. Muy bien preparado por las mentes de la cooperación para desviar la atención de los verdaderos debates, y para restar fácilmente horas de trabajo de aquellos que deben trabajar por refundar un nuevo país y solucionar los verdaderos problemas de Bolivia. Nunca mejor dicho se juntan el hambre con las ganas de comer, y esta vez no lo digo en el sentido físico del término que también pudiera ser. Ahora me refiero a que resulta bien sencillo seducir a constituyentes para que abandonen sus funciones por las cuáles fueron electos. La cooperación contenta porque puede gastar la plata presupuestada de la manera más burda que conozco, pero nada inocua. Objetivo cumplido y todos contento. Plata gastada, atención desviada, muchos bolsillos rebosantes, el mundillo de acá satisface y alimenta a su ego; unos por hablar y otros por organizar, y todos cobran. El mundillo del otro lado haciendo su “business”. Y los constituyentes evitan calentarse mucho la cabeza acudiendo a estos talleres, y además, se ahorran un horroroso almuercito sustituido por un refrigerio igual de horroroso, pero gratis.

Me queda una duda: ¿cuántos refrigerios se habrá metido en el cuerpo una de las constituyentes mas fieles a los talleres de esta constituyentes como es Dora Arteaga (MAS, Santa Cruz, Comisión Economía)? No solo me queda esta duda, sino muchas mas; ¿será esto la soberanía alimentaria? ¿o el derecho a la alimentación saludable? ¿será la educación universal y gratuita? ¿será esto la cooperación al desarrollo? ¿de qué? ¿será la descolonización? ¿será la economía comunitaria? ¿será la autonomía indígena? ¿serán los usos y costumbres? ¿ó el cuarto poder plurinacional? No sé, pero de algo estoy seguro: son “los talleres de la Constituyente”. Sálvese quien pueda.

El otro Evo


Puede que tenga unos siete añitos, aunque su cara parecía llevar vivido algún añito de mas. Con un inusual desparpajo para un niño boliviano de esas edad, se acercó a nosotros cuando tomábamos un jugo el jueves feriado de Corpus Christi. Por mucha religión que celebremos, los niños siguen en la calle vendiendo lo que pueden. Llevaba una bolsa de caramelos verdes, con una camisa verde, a juego, de cualquier equipo irreconocible, y una gorra de su tio también verde que publicitaba algún programa de alfabetización. Con mucho respeto, timidez y algo de picardía, fue conquistándonos de manera muy natural y poco forzada. Acabo cumpliendo su objetivo, y nos vendió un peso (10 céntimos de euro) por cinco caramelos verdes que decía ser de menta. Se sentó a nuestro lado, y seguimos hablando con el niño de verde. En un momento, dijo: “me duele la barriga”, y sin dudar si era verdad o mentira, realidad o cuento, le invitamos a una ensalada de fruta que se la comió a medias con la cuchara y los dedos. Solo interrumpió su ensalada para vender a otros clientes que buscaban su juguito. Le preguntamos como iba la venta, y nos sacó con orgullo toda la plata recolectada de su bolsillo. Serían unos once pesos. ¿Se la darás a tu mamá? “Claro, para que se compre vestidos y zapatos”, nos contestó. Ante tanta intimidad, le preguntamos por su nombre, y como si no pasara nada, nos dijo: “Evo”. Lo que son las cosas, no pudimos dejar de disimular la sorpresa. Una precoz asociación de ideas nos hizo pensar en el presidente. El Evo-niño seguía degustando su mezcla de frutas, ó simplemente injería sin placer los plátanos troceados, los pedacitos de papaya, algo de manzana y el yogur que los aliñaba. Mi cabeza se detuvo en ese nombre, Evo. No podía de dejar de relacionar el nombre del niño con el nombre del presidente. ¿Sabría el niño por qué le llamaron Evo? ¿sabría el Evo-niño todo lo que significaba el Evo-presidente tanto en Bolivia como en el extranjero? ¿Le habrían puesto ese nombre al niño por propio gusto o por el presidente? No resultaba fácil responder a tanta pregunta, y menos, porque no tenia la menor intención de interrogar al Evo-niño. Un mismo nombre para dos vidas tan diferentes. Esas dos caras de una misma moneda ilustraban sigilosamente la paradoja de un Evo que quiere que no haya mas “niños-evos”, pero siguen deambulando por las calles en busca de un pesito. No lo tiene nada fácil el Evo-presidente porque todavía hay demasiados “Evos-niños” que están donde no tienen que estar. Muchos “Evos-niños” que trabajan en horas de escuela. La revolución democrática y cultural tiene un enorme desafió por delante. Está claro que a la derecha le importa tres pepinos si hay “evos-niños” por las calles vendiendo, pidiendo, desnutriéndose y analfabetizándose. Nunca le importó y no será ahora porque esté en la oposición. El Evo-presidente fue hace años uno de esos Evos-niños, y hará todo lo posible para terminar con esto. Ojalá pueda.

07 junio 2007

¡Por fin, famoso!


Creo que éste es el quinto intento, y espero que sea el definitivo. He comenzado varias veces este escrito, y no había manera de acabarlo. Por unas cosas o por otras, siempre acababa abandonando lo que quería contar. Así que ahí voy, a ver si hay suerte, y no surgen ni llamadas, ni reuniones, ni nada por el estilo. Quizás, la fiebre y los escalofrió, el dolor de cabeza, y sentirme “malito” permita que cierre esta deuda pendiente.
Ya pasó el vendaval mediático, y de nuevo, volví al ostracismo público. Aunque todavía siento algunas miradas que delatan. Imagino que ya muchos sabes que hago pro esta tierra, aunque todavía quedarán despistado que pensará que estoy haciendo alguna investigación.
Hace varias semanas o puede que más de un mes, estuve presente en casi todos los periódicos de Bolivia. ¡Por fin, famoso! ¡Ya era hora! Después de un buen tiempo acá, la prensa se ocupó de mi y de otros compañeros. Os podéis imaginar a lo que poco que tiene que atender los medios de comunicación boliviano, para que se dedique una semanita a hablar de mi.
El 23 de abril fue el previo de lo que parecía venir. La Prensa, periódico de tirada nacional, titulaba “Expertos detrás de la Asamblea”, donde se hacía ilusión a todo el mundillo alrededor de la asamblea, con ganas de “colaborar”, tal como manifiesta el artículo. El centro de atención recaía en los asesores de palacio, y en algunos miembros del ejecutivo. Pero ya se atrevía a comentar sobre asesores “cubanos, venezolanos y españoles”. Al día siguiente, en El Tiempo, destacaba “Podemos protesta por presencia de asesores del MAS en la Asamblea”. Otro día, y mas titulares: “podemos dice que hay extranjeros; el mas lo niega”. Algún miembro de la dirección nacional de la bancada llega a decir que “Es cierto que recibimos visita de intelectuales extranjeros, pero no se quedan en el país. Sería bueno tener un vasco que nos venga a hablar sobre autonomías, por ejemplo.”. Otro titular: “Asesores extranjeros dictan la Constitución a los asambleístas”. Cada día, mas de lo mismo hasta que comienzan a dar nombres y apellidos, y en mi caso, solo el apellido paterno, se olvidaron de mi mamá. “Tres extranjeros asesoran al oficialismo en la Asamblea”. “3 españoles pagados por la Repac asesoran al MAS”, y bla bla bla.
Me reí mucho. Me hizo gracia poder contar estos a mis amigos y mi familia. Fue divertido ser objeto de la prensa durante una semana. Podría haber sido más delicado, pero el globo se desinfló, por lo menos, por ahora, ya seguiré contando...

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