El sobrino de Rajoy
Esta semana, el (in)cuestionado líder del Partido Popular de España, el mismísimo Mariano Rajoy ha aparecido con una declaración, al menos, curiosa. Este personaje no deja de sorprender a propios y extraños, aunque los propios procuren disimular su estupor y asombro. El susodicho, al ser preguntado por el cambio climático, manifestó literalmente(1):
Nada mas y nada menos. Pues éste es el candidato a presidente de España por el segundo partido más votado en las últimas elecciones. Luego, nos atrevemos a menospreciar a los políticos de esos mal-llamados países en desarrollo. Teniendo en casa lo que tenemos, no me atrevería a abrir la boca del jersey del Evo o de los cánticos de Chávez en su Alo Presidente.
La insensatez de las declaraciones no solo se justifican por su contenido, que no es poca cosa, sino por el momento. Mariano Rajoy dice todo esto a la par de la llegada de Al Gore a España para recoger el premio Principe de Asturias por su contribución al debate sobre el cambio climático. Este recién premio nobel (o noble, es cuestión de mover la “l” de sitio) le respondió en Oviedo con una broma sobre si alguien cuestionaría la ley de la gravedad al dejar caer un bolígrafo. Aunque tampoco es que Al Gore esté para dar lecciones de casi nada después de: a) haber sido corresponsable no precisamente de paz en las guerras de Yugoslavia, Albania, Sudán, Afganistán, Irak, Haití, Zaire, y Liberia, b) haber utilizado uranio empobrecido en esas guerras, c) cuando no firmó el protocolo de Kyoto, d) cuando Estados Unidos era y es el primer país contaminador, e) haber vendido más de 30.000 copias de su documental “Una verdad incómoda” al gobierno español a 18 euros cada una, y f) haber cobrado por sus conferencias la injusta cifra de 200.000 euros.
El frívolo comentario de Rajoy fue inoportuno por esta coexistencia con Al Gore, pero además, coincidió en el momento donde su supuesto homónimo en Francia, esta vez presidente, Sarkozy anunció fuertes medidas precisamente teniendo muy en cuenta el cambio climático, y a par de que la presidenta alemana, Angela Merkel, hiciera todos los honores al disparato premio noble (ya cambié la “l” de lugar).
Pero si esto fuera poco, aún hubo más, la presidenta de la Comunidad de Madrid, la mismísima Esperanza Aguirre dijo “compartir todas y cada una de las opiniones del presidente del Partido Popular, y singularmente la que se refiere a las repercusiones del cambio climático”. María San Gil, presidenta del PP en el País Vasco, sigue en esa línea hablando de “no dramatizar e torno al calentamiento global”. La lista sería interminable...
Fue un episodio demasiado guiñolesco de Mariano Rajoy, se imitó mejor que ninguno de los guiñoles habidos y por haber (2).
Todo esto, ¿a que venía? Ah, si. Quería hablar del sobrino de Rajoy, y no del primo. Conocí justamente en esta semana (del primo) al sobrino de Rajoy. Sería mejor decir que descubrí al sobrino de Rajoy esta misma semana, porque conocer ya lo conocía desde hace tiempo. Esta semana, con tanto hablar del primo, se hizo eco el apellido del dichoso primo, Brey, que reside en Sevilla y es profesor de la Universidad de Sevilla. Caí en la cuenta que un conocido mio, tanto en mi época de Barcelona como ahora en Sevilla, se llama Brey. Pregunté en los cotillas pasillos de cualquier trabajo. Efectivamente, conozco al sobrino de Rajoy. Curiosamente el mismo día de las declaraciones de su primo, su sobrino me llevó a casa después de jugar a básquet, y yo sin saberlo. Gracias al primo, conocí al sobrino. ¡Qué cosas tiene esta vida!
(1) Declaraciones de Mariano Rajoy:
http://www.youtube.com/watch?v=iENpwqNU9-I
(2) Uno de los guiñoles de Rajoy:
http://www.elpais.com/comunes/2005/guinol/pop_rajoy.html