31 enero 2008

¿Qué me has traído de regalo?


Esta fue la bienvenida al llegar a Costa de Marfil. La primera no me dejaron entrar, la segunda si, y la tercera también. En este intento, no fue necesario dormir en París ni en Dakar (Senegal), ni hacer parada técnica en Bamako (Mali), solo tuve que hacer una parada en Casablanca, y luego aterrizar –con otra compañía, Royal Air Maroc- en Abidjan con una hora de retraso, sobre las 3 de la madrugada. Los controles casi estaban tan dormidos como yo, y todo fue muy rápido salvo para buscar a Pierre, el taxista de confianza, que andaba más dormidos que los controles y que yo. Pierre es un señor de unos 45 años, con los pelos “a lo afro”, personaje donde los haya, y se mueve como pez en el agua. Toda una garantía para estas latitudes. Pierre nació en Burkina Faso, y emigró a Costa de Marfil hace unos 30 años. Tal dato puede que sorprenda a muchos, no a los propios pero si a extraños. Costa de Marfil es tierra de inmigración. Si, si, tal como suena. Según el último censo de la población realizada en el año 2001, Costa de Marfil tenía más del 26% de población extranjera, esencialmente ciudadanos procedentes de Burkina Faso y Malí, seguidos por Guinea y Ghana. A veces, solo pensamos que somos nosotros polos de atracción, pues no: Costa de Marfil es el país que tiene el más alto porcentaje de inmigración del mundo, por encima del de Estados Unidos, y supera el reciente dato del censo 2007 en España con el 10% de inmigrantes. Pierre es uno de los tantos que emigraron hacia el país de los elefantes –todavía no los pude ver salvo disfrazados en la Copa de Africa de fútbol. Costa de Marfil se caracterizaba por su prosperidad económica en esos tiempos de colonia francesa e incluso desde su independencia en 1960. Una economía basada en el mucho café, el mucho cacao, mucha deforestación para obtener madera, y un trato preferencial de su antiguo colono francés.
Durante el reinado de su primer presidente Félix Houphouët Boigny –pasó de ser ministro francés a ser presidente del país independiente desde el año 1960 hasta el día de su muerte en 1993-, el país fue de puertas abiertas “utilizando” a los inmigrantes como pieza clave en el desarrollo económico. Ya durante este tiempo aparece –aunque con poca intensidad- el concepto de la Ivoirité (la marfilidad). En esa época, solo había un partido, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Después, a la muerte del presidente, aparecieron las disputas, los diferentes partidos, las elecciones, los votos de un lado y del otro. Entonces, la Ivoirité (la marfilidad) apareció con más ahínco. ¿Quiénes son los verdaderos marfileños? ¿Quién no lo es? Esto evidentemente no es casual sino muy causal en tiempos de elecciones: quien podrá votar y quien no, y quien se podrá presentar como presidente y quien no. ¿Será ya Pierre –el taxista- marfileño de verdad después de 30 años en el país trabajando y viviendo como uno más? Quizás -desde todavía mi poco conocimiento del país-, la Ivoirité (la marfilidad) haya sido un componente importante del origen de la guerra –o crisis como a otros les gusta decir. Los tiempos de intereses políticos, épocas de “vacas flacas” en lo económico, una diversidad étnica del país –más de 60 etnias en todo el país-, diferentes religiones que conviven -musulmanes en el norte, cristianos en el sur y otras originarias difuminadas por el territorio-, concentración de riqueza natural en el sur,… todo esto hizo exaltar, debatir y también manipular el concepto de la Ivoirité (la marfilidad).
Al fin de cuentas, en Costa de Marfil, estalla una guerra desde el 19 de Septiembre del 2002 cuando el presidente electo Laurent Gbagbo se fue a Roma al vaticano. ¡Y es que no se debe ir a la Santa Sede para nada! La guerra duró más de tres años, y fracturó al país en dos: rebeldes en el norte –donde estamos- y zona gubernamental en el sur. Laurent Gbagbo –le dicen el panadero por la facilidad de remover la harina para conseguir lo que quiere- es ahora presidente no electo, sino parte del proceso de paz. En ese proceso de infinitos acuerdos siguen, preparando elecciones que todavía no saben cuando podrán ser, sur la route de la paix (sobre la ruta de la paz) como canta Alpha Blondy –que por cierto, me encanta ese reggae marfileño -… y además, todavía siguen a la carga con eso de la Ivoirité (la marfilidad).Retomando mi llegada, Pierre –el taxista-, a pesar de ser tan marfileño como aquellos que defienden la ivoirité (marfilidad) no pudo salvarme del retén nocturno. Solo con unos dos o tres minutos en el taxi, serían las 3.20h de la madrugada de un viernes noche, casi sin nadie en las calles, tuve la parada del militar del sur –este es gubernamental, porque en el norte son militares rebeldes. Alto y quieto. Allá que paramos sin rechistar. El uniformado, con arma en mano, tan negro como la noche, se acercó. Me tocó por mi parte. Me insinúa que abra la ventanilla trasera. Así lo hago. Pierre no abrió la boca. Ella si, enseña su credencial de Naciones Unidas, y todo bien. Era mi turno. Me pregunta. Le doy mi pasaporte, lo mira, sabe que no soy de Naciones Unidas porque en ese caso le hubiera enseñado algo que lo acreditara. Se ríe -parecía borracho-, y me pregunta como si hubiera sido mi madre por los reyes magos: ¿qué me has traído de regalo?

4 Comments:

Blogger Adrian Fernandez Delgado said...

ya me contarás en persona en qué líos andas metido.. jejeje
Sigo leyendo, que estoy enganchado. Un abrazo alf!

12:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Alfredo

sigo con mucha atenciòn tus pasos y tu escritura. De alguna forma cuando uno lee a quien narra sobre otros lugares y territorios puede por esos vicios de la imaginaciòn dejarse transportar por un momentito. Costa de Marfil y sus ciudades y pueblos, desde este punto arrumbado del mundo (Argentina), aparecen tan lejanos que da la sensaciòn de habitar un mundo infinito. Pero bueno, en esta situaciòn Costa de Marfil se devela como la travesia de un amigo de la cual uno siempre espera una pequeña postal y asi llenar los casilleros de ese desconocimiento que poseemos por el mundo, Abrazos, Esteban

6:40 p. m.  
Blogger rocío said...

hola primo, no se si sabras quien soy, soy rocío,me ha gustado muchos tus relatos, espero q nos pongamos en contacto..muxos besos

4:13 p. m.  
Blogger rocío said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

4:13 p. m.  

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