La guerra del Agua

Otra opción de tener agua es sencillamente pagándola. Kevin ya tiene sus contactos, y te pueden conseguir tres bidones por algo menos de un euro. Otra alternativa es utilizar el agua de Naciones Unidas, quien me lo iba a decir. En su base, hay agua potabilizada por unos bangladeshis –cascos azules- que supuestamente garantiza que se pueda beber sin que te pase nada. Por ahora todo bien, no ha habido efectos, tocaremos madera.
Debo confesar que el otro día yo tampoco estuve nada mal en este batallar acuático, valga la modestia. Empleé todo mi no-saber de campo -que nunca heredé de mi abuelo paterno. Veía venir que se venía la lluvia encima, y apresuradamente, como hombre de campo, saqué todos los cubos al aire libre. Dicho y hecho. Ese día nos duchamos con bienvenida agua de lluvia.
Quién me ha visto y quién me ve? Más sabe un necesitado que un abogado, ¿no, papa?
Debo confesar que el otro día yo tampoco estuve nada mal en este batallar acuático, valga la modestia. Empleé todo mi no-saber de campo -que nunca heredé de mi abuelo paterno. Veía venir que se venía la lluvia encima, y apresuradamente, como hombre de campo, saqué todos los cubos al aire libre. Dicho y hecho. Ese día nos duchamos con bienvenida agua de lluvia.
Quién me ha visto y quién me ve? Más sabe un necesitado que un abogado, ¿no, papa?

1 Comments:
Esta bien retrata la guerra (cotidiana) del agua en las 18 Montañas. Increible lo que uno puede hacer con un cubo de agua! Estan pendientes mas posts!!!
Besitos,
Sandra
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