02 abril 2007

LAB y las excusas...


Hace días, intento explicar a todos que no puedo volar a España, y estoy convencido que nadie me había creído hasta hace uno días. Desde principios de Marzo, procuro buscar un hueco libre en LAB, la compañía aérea con la que viajé a mi venida a principios de Enero a Bolivia. El primer intento fue para el 13 de Marzo, y la respuesta de la operadora fue la siguiente: “Esta usted en lista de espera, le pondremos en máxima prioridad, pero habrá que esperar”. A medida que se acercaba la fecha, mis llamadas se sucedían, y siempre me tropezaba con la misma respuesta. Después de la primera tentativa, la segunda opción pasó a ser el 24 de Marzo que era donde parecía haber más opciones. Y nada de nada, la inerte voz de la operadora telefónica de turno seguía con lo mismo: lista de espera.
Al otro lado del charco, casi nadie me hacía mucho caso, y pensaban que yo andaba buscando excusas para no viajar. Les explicaba, pacientemente, que en el mes de Marzo sería complicado tener hueco para viajar a España puesto que desde el 1 de Abril, la Unión Europea había decidido solicitar visa para la entrada de los bolivianos. Este mes era el último para entrar en suelo ibérico con pasaporte, sin pasar por los trámites “burrocráticos” y monetarios de la disponibilidad de una Visa. Esto hacía que muchos bolivianos habían puesto todo su ímpetu y plata, para viajar fuera como fuera, caiga quien caiga. Muchos bolivianos creían tener la última oportunidad para disfrutar, o sufrir de su condición de inmigrante en España. LAB era (ya no es) una de las pocas compañías que volaba (ya n vuela) desde Santa Cruz a Madrid. y mientras muchos bolivianos se debatían en decisiones vitales, yo seguía esperando con pocas esperanzas para poder viajar.
Al otro lado del charco, mi gente seguía esperando con más esperanzas que yo, y sin saber lo que acá era noticia de máximo alcance. Todos pensaba que las excusas de LAB eran las mías.
A medida que se acercaba finales de Marzo, todo se fue complicando, y LAB comenzó a dejar de volar buscando excusas baratas. Que si no tengo fuel, que si no tengo plata, que si esto, que si lo otro. Y muchas familias, iban quedándose en tierra, muchas horas de aeropuerto, mucha tensión, desencanto y desilusión. Una situación muy jodida, que contrastaba con mi preocupación por volar. Las portadas de los periódicos bolivianos se iban copando de esta noticia. Cuatro días consecutivos donde los titulares hacían alusión a que LAB dejaba de volar, detención de ejecutivos de la compañía por estafar y vender más pasajes de los disponibles, la gente que seguía viviendo en los aeropuertos de Santa Cruz y Cochabamba. Esto trascendió tanto que pasó también a los telediarios españoles, y por fin, las excusas de LAB fueron suyas, y no mías. Todos me creyeron. Todos asumieron que LAB, desgraciadamente, canceló todos los vuelos a España, y yo, como muchos otros nos quedamos en tierra, pero sin ánimos de comparar situaciones porque sería muy estúpido por mi parte.
Que curioso es todo esto. La fecha fatídica para los bolivianos es la fecha esperada para mi madre, ahora ya podré volar.

01 abril 2007

Sordos pero no mudos


Una vez más, ratificaron mi hipótesis: la mayoría de los bolivianos son sordos, pero no mudos. En la reunión de este miércoles por la tarde en Cochabamba, de nuevo, se corroboró una impresión que llevaba teniendo desde que pisé suelo boliviano. Los bolivianos parecen padecer de sordera aguda, sin atisbos de mudez, sino todo lo contrario, con verborrea infinita. Quisiera hacer constar el gravísimo problema auditivo boliviano, que les impide (por voluntad propia) no hacer caso a lo que dice el resto de contertulios en cualquiera de las múltiples reuniones que asisto por estos latitudes. Nadie escucha a nadie, y entonces, sucede lo que todo el mundo presupone: conversaciones de sordos-pero-no-mudos que conducen a poco. Cada uno habla sin cesar, con el discurso preconcebido, con lo que llevaba en el papel, o lo que vaya improvisando, o repitiendo cualquier cosa, pero nunca, atienden a lo que haya dicho el anterior charlatán. Así el debate pierde la gracia, porque nadie debate ni discute, ni refuta, ni argumenta en función de lo que se vaya escuchando. Son voluntariamente sordos, decidieron inhibir al fructuoso órgano auditivo. Han elegido frenar los procesos psico-fisiológicos que proporcionan la capacidad de oír. No tengo muy claro si el problema recae sobre el sistema auditivo periférico o el central. En otras palabras, no sé si la responsabilidad procede del proceso fisiológico que capta el sonido y lo manda al cerebro, o se trata del proceso psicológico que conforma la percepción sonora, y que permite interpretar el sonido. En definitiva, que no sé si oyen, lo mandan al cerebro, pero pasan de interpretan lo que oyen, o sencillamente, no lo mandan al cerebro, y así evitan trabajo. No sé si será un problema de psicoacústica o de desgano.
Para ver si me podría ayudar en resolver tal dilema, intenté averiguar el dato de sordos en Bolivia, y la única cifra que encontré es que en área urbana, existen 3.5 sordos por cada 1000 habitantes. Primero, ya se sabe que las estadísticas siempre desaparecen en el área rural. Segundo, cada día estoy más convencido que las estadísticas engañan. Si me creyera ese dato a pies juntillas, no podría explicar de ninguna manera mi hipótesis de partida, que se ha ido constatando cada día. No me creo que haya tan pocos sordos en Bolivia. No puede ser aunque solo sean del mundo urbano, porque he visto sordos por todos los rincones, y no solo residen en el área rural, ni mucho menos.
Quizás, y buscando explicaciones más históricas que fisiológicas, podría decir que a lo mejor esta sordera-sin-mudez viene ocasionada por la Colonia. Pude que fuera preferible ser sordo que escuchar a los colonizadores, y esto haya generado un mecanismo de defensa, traducido en sordera-auto-voluntaria. Aunque tampoco me atrevo a defender tal argumento, porque he notado tanto sordos colonizados como descolonizados. Cualquiera sabe.
Solo quiero terminar, que ha habido un reciente congreso en Santa Cruz sobre la sordera, y unos médicos de una firma austriaca han traído a Bolivia el primer y único equipo que permite hacer implante coclear que generan sensaciones auditivas a las personas con problemas de sorderas, cuesta 16.000 dólares. Ojalá, el nuevo Estado Plurinacional subvencione esto, porque es de cuestión de interés general, y de máxima relevancia para contribuir el nuevo objetivo: Sumaj Kamaña o el Vivir Bien.
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